Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

lunes, agosto 07, 2006

Tengo una amiga, la inezita, quien afirma que para hacer la paz, hay que prepararse para la guerra. Siempre estuve en desacuerdo con ello, hasta ahora.

Ahora pienso que si, efectivamente, no hay paz antes, sin un poco de guerra, dicho desde el constructivismo más radical, hasta el más social. Pero entonces, si nada es paz antes de guerra, ¿qué hay antes de guerra? ¿más guerra? ¿o más bien un poco de paz? ¿o las dos? ¿o nada de nada?

Creo que es como decir que hay dos opuestos pero nada entre las ramas, blanco o negro, pero no gris. ¿Y qué es el gris entre la paz y la guerra? La crisis económica, la tensión política, la falta de arreglos sociales, transitoriedad de papeleos, burocracia, pensamientos racistas, analfabetismo, insalubridad, fanatismo religioso y político, etc.

En términos generales qué puede hacer uno para apoyar una paz que lejos está de verse. A nivel personal es muy difícil analizar más allá de tus narices si eres de un bando o de otro, si fuiste educado de manera conservadora o ultraconservadora. Hace poco escuché un programa de radio, donde una de las locutoras era judía y decía que había que unirse, los diferentes bandos, como descendientes mexicanos en la paz. Me pareció bastante falsa, desde una posición comodina, burguesa y clase media alta, hablando de la paz y que no contaran a los muertos de ningún bando, porque dizque no tenía caso. Que según no se puede hablar de quién gana o pierde según el número de muertos. Claro, para ese entonces sólo había 54 judíos caídos y cientos de palestinos.

Creo que es difícil tratar de ver más allá de tu propio yo cultural. Pero para poder trascender, hay que ir más allá de la sensibilidad. La autocrítica, así como la tolerancia son virtudes, que a pocos les he conocido. Pero además la posición social, el status socioeconómico, nos hacen decir cosas y tener pensamientos desde posturas que nada tienen que ver con quienes sufren las particularidades de la guerra.

Para no alargar mucho esto, ahora dije que coincidía con mi amiga la inezita, ahora hay guerra, con la intención de paz, o habrá tregua, que no paz, pero con guerra.

martes, agosto 01, 2006

La guerra en Líbano es un episodio que no debemos borrar de nuestras mentes. Matar mujeres y niños es querer acabar con la población, con un grupo, con un pueblo. Esta guerra racista es reprochable en todos los sentidos.

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