Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

viernes, agosto 20, 2010

Mañana vuelo hacia Florianópolis... qué nervios me dan... es parte de esos lugares que he querido conocer desde niña... así que ya le tocó. En medio de caminos espinosos emergen a veces flores silvestres. Éste es uno de esos momentos. Espero todo marche sobre ruedas, bueno, alas...

miércoles, agosto 18, 2010

-Mamá, yo quiero ser hacker... para desbloquear códigos pues...
-mmm ¿ah si?

viernes, agosto 13, 2010

En mi casa tenemos un boiler de paso que compré en diciembre, para ahorrar, según, tanto agua como gas. Pero de repente, hace unas semanas a veces prendía y a veces no, hasta que dejó de funcionar completamente. Así que nos estuvimos bañando a cubetazos por no se cuántos días. Busqué el instructivo y por lo que decía llegué a la conclusión de que lo más seguro es que se terminó la vida de las baterías. Compré unas y se las instalé antes de llamar al técnico, para que no me saliera con el cuento de que le faltaban pilas al aparato. Pero nada, que el boiler no prendió. Entonces le llamé al técnico. Duró tres o cuatro días en llegar porque se atravesó el fin de semana. Cuando por fin estuvo en la casa frente al boiler, me llamó para decirme que había puesto mal una de las pilas y que por eso no prendía la chispa. Me dio ataque... Le paqué lo que cobra por visitar a las casas sin hacer nada, sólo avisarnos lo que hicimos mal y bueno, mis hijes se rieron de mí. Al menos ya tenemos agua caliente en la regadera.

martes, agosto 10, 2010

Ayer 9 de agosto, fue el aniversario luctuoso de mi querido amigo

Heriberto López Moroyoqui
Requiescat In Pace

En su honor, va este poema de Jorge Luis Borges:

Arte poética

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

lunes, agosto 02, 2010

Yo no sabía que los escarabajos cuando caminaban por la piel dejaban un rastro de líquido un poco viscoso... ahora lo se porque desde ayer he sentido que varios, no se cuántos, como tres o cuatro, se me han subido por el cuerpo durante la noche... También supongo que los hay de varios tamaños, porque sentí que uno tenía como dos centimetros de distancia entre las patas delanteras y las traseras. Lo supe porque justo ése se subió por el brazo y pude percatarme con más detenimiento de su caminar. Otro recorría las piernas, y éste quizá tenía una distancia como entre tres o cuatro centímetros entre sus patas. Era bastante grande según mi percepción. Había otro pequeñito, chiquito que de repente me pellizcó la espalda. Pero como estaba entre dormida y despierta yo sentía que con mis manos los trataba de aventar lejos, pero no lograba deshacerme de ellos. Es probable que sólo hayan sido tres, o puede ser que más, pero tenían los tamaños descritos y no podía distinguir su número por la cantidad de manazos que di y por el cosquilleo y el ligero rastro líquido viscoso que dejaban. La angustia de no podérmelos quitar de encima llegó en cierto momento de la noche, pero es más seguro todavía que estuviera dormida ya que no recuerdo haberme levantado, pero es seguro que fui a la regadera y tomé un baño, porque amanecí con los cabellos y el cuerpo mojados y sin el espesor del líquido viscoso. Qué bueno que lo hice, aunque en calidad de sonambulismo, ya que no me habría gustado levantarme con la sensación de las patitas recorriendo mi cuerpo y lo pegajoso de sus huellas.