Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

sábado, enero 15, 2011

El 30 de diciembre, escribí lo siguiente en honor a mi amá:


Hace 18 años la Norma partió hacia las estrellas... Ahora danza junto con ellas valses de distintos compases... Camina descalza hacia mundos distantes y se desliza entre nubes y montañas... Viaja y disfruta... Vela y permanece...
Resulta que hay que apechugar. No queda de otra. Pero primero quiero decir que en este 2011 espero que a todos mis amigos y amigas les vaya muy bien y que logren sus propósitos. ¿Que cuál es el mío?, aunque nadie me haya preguntado ni a nadie le importe, sólo a mí, claro, porque al final dichos propósitos son personales y el externarlos es sólo ego, ya que la satisfacción de lograrlos es también personal. El mío no es bajar de peso, porque ése es un punto nodal que ha requerido de tanto esfuerzo y dedicación, que tiene años como demanda primordial. Así que ya dejó de ser un tal "propósito de año nuevo" para convertirse en un problema adictivo de "sólo por hoy", aunque a veces está al contrario de seguir una propuesta de dieta sana, como ejemplo, ha sido un sólo  por hoy comeré sabritas, sólo por hoy comeré tortilla de harina, etc.
Pero puedo decir en mi defensa, que hasta ahora, la mayoría de las cosas que me he propuesto realizar las he logrado, con excepción a mi peso y  a otras pequeñas o grandes cosas, dependiendo del cristal con que se miran, que han sido dolorosas para mí. Algo que no he hecho nunca pero es de esos deseos que se albergan y no he logrado porque no me he dado el tiempo, es ir a un spa, claro, también porque mi presupuesto no me ha permitido ese tipo de lujos.
Bueno, el más importante objetivo de este año es la obtención del grado de doctora, ya que le he invertido tiempo y salud. Ha sido el eje de mi vida desde hace tres años, por lo que el haberme robado tanto tiempo espero que implique una especie de recompensa, no los subsecuentes dolores de cabeza que hasta ahora es lo único que he recibido, así como el sangrar de mis manos por tanto morderme la piel alrededor de las uñas. De cualquier manera, agradezco el apoyo de todas esas personas que me han alentado y me han dado una palmada en el hombro. También estoy consciente de que el camino que no abra yo con el hacha en la jungla nadie lo hará, es decir, el propósito es en todo sentido, una toma de decisión, así que vivo asida a mi hacha...