Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

miércoles, diciembre 21, 2011

Acabo de darme cuenta hoy de algo que puede mejorar o al menos localizar el malestar que tengo en los oídos: No son los dos, es el izquierdo... En el oído izquierdo es donde se concretiza mejor el acúfeno o acúfenos.. un ligero zumbidito que no se aleja... Ah, por otro lado, eso me hizo pensar en la izquierda mexicana, que ha de tener unos acúfenos espantosos, tales que no la dejan crecer ni avanzar. El problema de todo esto, es que en muchas de las ocasiones, no se quitan. NO SE QUITAN... oh no... hay que hacer yoga, ejercicio, malabarismos y tener una concha del tamaño del mundo para enviar todo a la quemazón... Creo que no es exactamente la concha, sino los huevos, óigalo bien, los HUEVOS (o serán güevos)... para deshacerte de la piedra llamada estrés, angustia y aprehensión, al menos tirarla a un lado y no llevarla a cuestas como el Pípila... Tengo la duda sobre la ponderación de cada cosa... duda entre la concha y el valor que se debe tener.. aunque creo que debe ser una especie de combinación... En fin, en la izquierda mexicana por eso es que gritan y gritan tanto sin escucharse, porque no se han dado cuenta del zumbido latente en el ambiente que no logra dejar fluir los sonidos de las buenas ideas. Está aturdida... y seguirá... yo, por mi parte... ya no lo estoy, pero todavía sigo delimitando espacios entre los diferentes sonidos... y haciendo una selección de lo que oigo y de lo que no, para lograr escucharme... y lo demás, enviarlo allá muy muy lejos...