Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

martes, septiembre 28, 2004

La tesis, que me ha costado entre otras cosas el reclamo de mis hijos, se fue a los lectores y ya está de regreso. Me tomé unos diítas durmiendo porque en algún momento pensé que se me había secado el cerebro y no se me permitía pensar en otra cosa que no fuera en la dichosa tesis. Para empezar las correcciones, sólo falta una lectora que me debe la mitad del trabajo. En fin, ya llegará.

Quiero manifestar que eso de pretender ser un tanto "interdisciplinario" puede resultar todo un problema. Mi formación de licenciatura la recibí en historia y la maestría que estudié fue en demografía. Entré a demografía porque según yo no me daban miedo los números, de hecho siempre había querido estudiar un poco de métodos cuantitativos para aplicarlos en la historia. Aunque no niego que ingresar a un posgrado sin anestesia puede convertise en momentos angustiantes y de desesperación total. La razón es que no llevé nunca la materia de estadística, ni siquiera en la preparatoria, por lo que fue difícil aprender de manera rápida cosas que nunca me imaginé que existieran.

El hecho de que uno se concentre demasiado en este tipo de cosas, puede resultar en no saber qué pasa en el mundo, no tener idea de la guerra en Irak, o ya de perdida a nivel local, saber qué diantres pasó con las sexoservidoras que se manifiestan frente al palacio municipal. Todavía es peor, no saber si la hija realizó o no la tarea escolar, si le fue bien en la escuela o no alcanzar a cubrir las actividades cotidianas más sencillas. Realmente espero realizar el examen de grado en octubre, no importa que sea el día de Halloween, pero que no pase del mes.

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