Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

lunes, diciembre 29, 2003

Ser feliz es una decisión, no un arbitrio, virtud o suerte. Simplemente, es una decisión a la que se llega después de mucho dolor, silencio, meditación o tiempo. El factor tiempo es la llave maestra de la puerta hacia la parcial y constante decisión de ser feliz. Pero quien lo quiera ser, debe configurarla como la desea, ya que la felicidad no es la misma para todos. Cada quien tiene parámetros, ideales o ideas de lo que puede llegar a sentir, palpar o retener. No creo en la felicidad eterna, en la total, en una sola. Hay muchas, variadas y multiformes. Cada uno busca de cierto tipo. Aunque para muchos se convierte en algo inalcanzable, en una utopía, puede ser que esté a la vuelta de la esquina, a la vuelta de nuestra propia espalda o enfrente de nosotros. Sólo, nos resistimos a verla.

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