Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

domingo, octubre 23, 2005

Atendiendo la solicitud de Julio Salinas, aunque un poco mucho tiempo después mencionaré lo siguiente, porque realmente es importante:

Los alumnos al tratar de interpretar "La oveja negra", primero una dijo que se trataba del tema del racismo. -A ver, dije yo, ¿a qué te refieres? y la alumna contestó que porque si eran "negras" pues eran pasadas por las armas... Otro alumno afirmó acerca de la fábula que cuando la gente se arrepentía de haber tratado mal a alguien, entonces buscaba remediar el asunto con lo de la estatua ecuestre o tratándolo bien, y así sucesivamente siguieron secundando esta última idea del arrepentimiento y la estatua en el parque. Es decir, que sobre la fábula en general se remitían a los personajes de la misma sin buscar explicaciones más allá. Lo cual pasó con todos las fábulas que pedí que interpretaran.

Casi al final, después de que intervine diciendo que cuál era el significado de haber sido una oveja negra y no, como la mayoría, de color crema; un alumno dijo que eso le había pasado a Jesucristo, que como era alguien "diferente" lo habían matado. Entonces ya no quedaba más remedio que decir, que la fábula llevaba directamente hacia las personas sacrificadas por cuestiones políticas y el castigo inminente de la muerte para acallar toda postura diferente al sistema.

A nadie se la había ocurrido esto último.