Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

miércoles, septiembre 15, 2010

Al revisar las opiniones de lo que dicen muchos y muchas o “muches”, en general, quiero manifestar que las respeto, aunque algunas me parecen un tanto hipócritas e insisto, de un falso izquierdismo. Sin embargo, yo soy bastante nacionalista y celebro que se cumplan 200 años de la independencia de México, después de unos 300 que perteneció a España, ello independientemente de lo que en este momento sea este país. Ahora, las "noches mexicanas" en mi familia no se festejan, en mi condición de norteña creo que esa es una tradición del centro de México, por no decir chilanga. Me gustan los juegos pirotécnicos y los carros alegóricos y sólo por ello me habría gustado estar en el zócalo de la ciudad de México, también para cantar el himno nacional y gritar que viva México. Quizá es parte de ese sentimiento de pertenencia y de identidad pluricultural que al menos yo, reconozco que me caracteriza como mexicana. Quizá mi ser de tijuanajalissinaloensesonorense y claro, de mestiza, forjado sobre todo a la luz de las escuelas públicas, con profesores comprometidos con la enseñanza y con los deberes patriotas, específicamente en los niveles básicos, me motivaron e influyeron para que así fuera.
La tristeza viene al reconocerse de un país donde no se tiene un compromiso social, lleno de inseguridad y de falta de democracia y de derechos civiles. Que en la televisión las presentadoras sean las “rubias” y anuncien en vestidos ultracortos, escotados y pegados al cuerpo a los cantantes y los diferentes eventos es ultrajante (hasta ahora no he visto a un presentador enseñando nada). Que no es nuevo que este país se le ha dado al traste no desde hace poco, sino desde años de prevalencia de un sólo partido político: el PRI y ahora con el PAN y hay que añadir: el narco (que no se si deba ir con mayúsculas: El Narco). Que la gente no tenga memoria histórica y persistan el racismo y la discriminación aun en quienes alcanzan una alta escolaridad es muy lamentable. Que sucedan hechos como el de la guardería ABC y los encarcelamientos de las mujeres en Guanajuato, las muertas de Juárez, etc., es parte de este mismo devenir y retraso social que vivimos. Así que la tristeza no es latente sino presente. Así como el desempleo, las amenazas laborales y sistema académico deplorable que vivimos (que yo vivo). Tampoco estoy de acuerdo con ese mono que se parece a Stalin que pusieron en el zócalo, que según representa a “nadie” en especial, pudimos prescindir de él, además de que sólo, por favor, personifica al sector masculino. Ahora, en la actualidad, en este México del siglo XXI, está visto que se necesitan cambios, (aunque ¿cuándo en la historia no se han necesitado?) y lo más importante, es sobre desde qué trinchera hay que hacerlos, es claro que desde el facebook y desde el blog es superfluo, entonces ¿desde el trabajo (el que sea)?, ¿la escuela?, ¿el conformismo? ¿o la quejumbre?, ¿desde el utilitarismo? ¿el pragmatismo? ¿o desde el extranjero? ¿la academia? ¿la política?, ¿o las armas?, etc. Los cambios desde dentro son bastante difíciles y si leemos con atención los eventos del pasado nos daremos cuenta que virar el camino de este país conllevará algo más que dejar de votar.

Pero bueno, considero que no se debe olvidar el proceso en sí de la independencia de México y lo que representa para el desarrollo histórico del país. Al cabo no viviré para el tricentenario, ¿así que por qué no festejarlo? ¿Por qué no gritar que viva este país que nos vio nacer? Al final, yo no soy ciudadana del mundo, sino de México.