Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

domingo, febrero 03, 2008

La lluvia en Tijuana nos hace quedarnos en casa, hoy fue un día totalmente nublado, lluvioso y frío. Según el pronóstico, se tuvieron durante el día alrededor de 10ºC, no se hasta cuánto baje por la noche. Pero la casa, ya que sigo sin comprar el calentón, se encuentra bastante fría.
Quedarse en casa tiene sus ventajas, claro y sus desventajas. Por una parte y siendo domingo, puedes quedarte acostada o acostado en la cama hasta la hora que te de la gana. También puedes buscar hacer todas esas cosas que nunca uno hace cuando está se está encerrada, como encontrarle pares a sus calcetines u hornear aquellas galletas de chocochips que saben tan ricas. Aunque lo anterior es una verdadera utopía, la mayor parte del tiempo se la pasa uno viendo televisión y buscando qué comer. De ahí el que uno engorde durante el invierno (bueno y durante el verano, etc.).
La gran desventaja es que estando en un espacio tan pequeño, como son estas casas de Villa montaña o la pequeña Sinaloa, llamada de esta forma por algunos amigos míos, se tiene la sensación de por momentos volverse uno como loco o loca dentro de una jaula sin poder salir. Si bien la percepción del espacio puede ser diferente en los niños o niñas así coom en los adultos, tengo la impresión de que unos y otros nos fastidiamos de unos y otros en las viviendas donde no existen más de una habitación por persona. La ventaja es que nosotros somos pocos. No quiero imaginarme esas casitas donde viven más de cuatro personas.
Según el pronóstico, mañana sale el sol. Eso espero dijo mi abuela…, que en paz descanse…, si no es así, ni modo, hay que aguantar vara, digo, más agua, mientras se llene un poco la presa, todo está bien, bueno, eso creo...

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