Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

miércoles, junio 17, 2009

Carlitos, un sobrino mío, hijo de mi primo Carlos, pudo haber muerto en la guardería ABC que se quemó en Hermosillo. Su mamá, Gladis, lo recogió una hora antes del incendio porque habían cambiado de turno en el trabajo y lo cuidaba una persona conocida. Carlitos es un niño muy afortunado.





Por los 45 angelitos que se fueron... y por los otros muchos angelitos vícticas de pederastas y personas desquiciadas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

solo para avisarte un leve error: desquisiadas no sino desquiciadas

northwo dijo...

Lo corregiré, gracias.

The L. dijo...

ya lo dice el viejo y conocido refrán, cuando te toca aunque te quites y cuando no aunque te pongas.
Que bueno que la familia está bien! que mal que las opiniones sobre el tema en ocasiones son tan estériles.