Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

jueves, noviembre 04, 2010

Hoy anunciaron en El Universal, en primera plana, lo que todos sabíamos que iba a pasar un día de estos no lejanos:


IMSS: Ya no hay para pensiones


Todos se darán con todo, dirán muchas cosas, pero ya no hay para las pensiones. Por supuesto que todo el dinero que de mi afore se ha dizque guardado y sumado a lo que me quitan del IMSS, sabemos que se irá al caño quizá mañana o pasado, bueno, no al caño, sino a los bolsillos de uno de tantos corruptos. Si yo no ahorro por mi parte no habrá dinero para cuando esté anciana, digo, si es que llego... Hasta ahora el gobierno mexicano no ha aprovechado el bono demográfico y hace rato que está resquebrajada "la columna vertebral", como le llamó Calderón al IMSS. Así que como conclusión se puede decir que no les ha bastado tanto saqueo. A ver hasta cuánto aguantamos y nos dejamos.
Si seguimos con el tema de la salud, recuerdo que cuando parí, hace trece años en el IMSS, además del trato impropio que te dan los servidores públicos, parecíamos locas en un manicomio por las batas corroídas que nos dieron. Sin jabón para bañarnos. En algún momento de la noche, me acuerdo que empezamos a gritar las dos que estábamos a un lado de una pobre que se empezó a desangrar, para que vinieran por ella porque las rondas que hacían las enfermeras no eran muy seguidas. Para qué preguntarse qué hubiera pasado si hubiera estado dormida y la otra compañera no se hubiera dado cuenta.
El siguiente hijo que parí fue en el ISSSTE. Creo que estuvo un poco peor. El médico me operó hasta que le pegó su rechingadísima gana. Lo digo así porque hasta la fecha me produce mucha frustración recordarlo y considero sería benévolo de mi parte usar palabras "correctas". Además, el dejarme tanto tiempo con las contracciones es parte de la hipótesis del por qué mi hijo necesitó estar cuatro días más en el hospital debido a una afección que tuvo en sus pulmones. En algún momento de la espera, escuché decir a las enfermeras que no había bisturí, a lo que respondí que me hubieran dicho antes y me hubiera prevenido llevando un cuchillo de la casa. Improvisaron en varias cosas y el colmo fue que las enfermeras más viejas trabajan de noche, para mi mala suerte, me tocó una que no me ayudó en nada, ya que yo no podía voltearme ni moverme por la cesárea. En ese momento lo que quería era salir de ahí, pero ya.
Pero ya me salí del tema. Desde hace años que sabemos que el servicio de salud está en ínfimas condiciones  y que el dinero que todos los trabajadores pagamos día con día, la mayor parte del porcentaje no se va hacia dichas instituciones, sino a los bolsillos de unos cuantos vivales. Lo que sucede con las pensiones no es algo muy diferente. Creo que a este país, cada vez más, se lo está llevando la mierda.

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