Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

miércoles, agosto 04, 2004

Ayer un señor mayor con aliento alcohólico que no supe por cuántos años trabajaba manejando un taxi, me comentó: -el PAN ya estaba haciendo muchas cochinadas. Así que qué bueno que ganó el PRI, ya ve todo lo que roban los de los taxis libres, con sus taxímetros arreglados, le roban a la gente. -Sí, contesté, son una bola de ratas, lo quieren asaltar a uno. Entre otras cosas y mientras yo venía agarrada hasta con los dientes, ya que se pasó como tres semáforos en rojo; me venía contando que los empresarios de las maquiladoras, los cuales son panistas, el día de las elecciones realizaron el paseo de verano anual a sus trabajadores, con sanción de por medio por si se les ocurría faltar. Esto lo hicieron con el afán de evitar que estas personas obreras, votaran por el PRI. Los taxistas estaban divididos entre los dos partidos, porque ellos al final no ganaban nada, eso me comentó el señor, debido a que estos tenían que pagar la renta del taxi, ganara quien ganara y que los únicos beneficiados en realidad eran los dueños de los autos. -Pero es que, siguió diciendo el señor, el del PRI, Hank, va a ayudar a la gente, los taxis libres ya no les van a poder robar, porque este presidente de ahorita, todo quiere para él, no ayuda a nadie, por eso los taxistas son tan rateros. Así concluyó don taxista con aliento a alcohólico. Ese fue su razonamiento, que pienso es el de mucha gente que de una forma u otra, ve en los candidatos una especie de esperanza.
Yo sólo pensé que eso de ayudar a la gente, es muy fácil decirlo pero complejo de razonar. La frase encierra algo más que apoyar con permisos y repartir migajas.


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