Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

jueves, junio 03, 2004

Lo confieso, a mí de niña me gustaban las barbies, a todas las niñas que conozco les gustan, no he encontrado a alguna que diga: no, no me regalen, no me gustan las barbies... Sin embargo, pocos sabemos la verdadera historia que encierran esas muñecas, de dónde vienen, qué objetivo tuvieron, cómo empezaron a gustar el tipo de muñecas con cuerpo de mujer y además, anglosajona. Un breviario de su historia fue publicado en la Triple Jornada de mayo del 2004 por Amalia Rivera y se titula: Barbie: de prostituta de caricatura a “mujer modelo” moderna y consumista.

Hace ya rato leí ese artículo, pero lo perdí y hasta hoy lo volví a encontrar. Se los comparto...

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