Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

jueves, octubre 21, 2004

A propósito de los blogueros de Tijuana

Pues para no quedarme con algo que escribí hace rato, un poco a causa de lo que don Julio Sueco ha escrito acerca de los blogs de Tijuana, pensé que todavía estamos en tiempo de postearlo. Así que lo siguiente es producto de aquellos primeros posts donde don Julio hacía alusión a que los que escriben en blogs de Tijuana eran una bola de posers.

Sin más...

Tierras polvorosas

Las colonias polvorosas en Tijuana todavía son una constante. Desde que era niña recuerdo los chamizos correr por las calles. De hecho me acuerdo de una vez que salimos de vacaciones y cuando regresamos tuvieron que machetearlos porque no dejaban libre la puerta de entrada a la casa. Eran chamizos acumulados de vientos y vientos que se acomodaron como nubes de espinas en el cajón del estacionamiento. Yo los veía inmensos, porque a mi corta edad de cinco o seis años muchas cosas las veía altas y grandes. En aquel tiempo, La Mesa era más polvorienta que ahora. Actualmente se encuentra ahogada por el tráfico de la Cinco y Diez, del boulevard Díaz Ordaz, del mal llamado Federico Benítez (que debería seguir llamándose Vía del Ferrocarril); que como quiera que sea es una zona urbanizada y cara para vivir.

A mí no me tocó vivir en el centro de la ciudad, ni en las colonias “viejas” de Tijuana. Yo ya nací en el este. No he encontrado los departamentos en los vivían mis padres al momento de mi nacimiento, pero algún día, como se dice. Al contrario de la mayoría de personas residentes que vinieron de chiquitos para acá, me llevaron al sur cuando niña. Al cumplir siete años, mi familia y yo nos fuimos a vivir a Guadalajara y posteriormente a Sonora. Por lo que mi niñez tardía y adolescencia las viví en otros lugares, en Yavaros, Huatabampo y Navojoa, aunque solíamos venir de vacaciones y cruzar al otro lado a pasear y comprar, como los que podían hacerlo. Al término de mi adolescencia me regresé a Tijuana y hasta la fecha, me ha tocado vivir en el este de la ciudad. Ya no veo chamizos, pero nunca pensé volver a escuchar el gemido del viento como cuando era niña. Cómo éste hacía crujir las ventanas y vibrar las puertas. Esto sucedió cuando nos vinimos a vivir a Villa del Real. El primer año de estancia en estas colonias yo no dormía, el pavor hacía presa de mí. Y es que en el este los vientos se escuchan más fuertes, la tierra se introduce a todos los rincones de la casa. Si se va hacia los cerros en tiempos de santanazo, es mejor no salir, entre el tierrero y el viento la gente camina con los ojos entrecerrados y el panorama se torna cobrizo, aunque generalmente todo el año es de ese color.

Mis vecinos, la mayoría commuters, personas que trabajan en el otro lado, pero que viven aquí y cruzan diario, son de escolaridad básica, pero que ganan más que muchos profesionistas residentes de Tijuana; en su mayoría tienen una idea de lo que es el internet, pero no saben usarlo, ni siquiera la computadora. Prefieren ver televisión con antenas de Sky, Direct TV o ya de perdis, Cablemás. Todavía más, he preguntado a muchas personas que trabajan pegadas a las computadoras y no saben lo que es un blog, por lo que quienes escriben en ellos (incluida yo) somos sujeta(o)s que por alguna razón, dimos con ellos. De ninguna forma critico lo que menciona don Julio en su post pasado y estoy de acuerdo en cuanto a que quienes escriben en los blogs en Tijuana son unos posers, pero no hay que olvidar, creo yo, quiénes tienen acceso a este tipo de artículos que no son de primera necesidad, es decir, el circulito de “clasemedieros” que en efecto, encaja dentro de los posers. No hay que olvidar que Tijuana no es Nortec solamente, ni el Cecut, ni el Zacazonapan, ni la Coahuila, ni el Centro ni la Revolución ni la zona Norte. Tijuana sí es un mosaico, ahora sí que un crisol de identidades, un montón de colonias que se forman día con día y que a veces no se tiene la más remota idea de qué tan grande es.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:

Circunstancialmente dí con tu blog y no pude menos que escribir para felicitarte por la objetividad, claridad y seriedad que pude sentir en tus publicaciones. Me agradó y es por eso que me permití felicitarte.

No te conozco, soy un Chilango en Tijuana que vino a trabajar en un proyecto y luego se irá.

Pero si tuviera oportunidad de tener contácto más personal, creo que sería muy interesante poder charlar contigo.

En caso de que tengas un momento mi correo es arquitecto_solorzano@hotmail.com, te doy este pues por el messenger la comunicación es más expedita, aunque prefiero una plática con un café de por medio.

Saludos y nuevamente : Felicidades.