El calor me ha tenido atontada, bueno, creo que ha de haber muchas excepciones, pero no se puede negar que de lo único que dan ganas es de estar o en la playa, tomando algo bien heladito; o en una alberca, en las mismas condiciones. Pero no, la realidad no es a veces como uno quisiera. Vivir en la zona este de Tijuana es todavía peor, aunada a la tierra floja, el ambiente se vuelve más candente y seco. Las microviviendas en las que nos hacen vivir la necesidad y las financiadoras y constructoras rateras, inconscientes y avaras; son extremadamente pequeñas y calurosas. Ni para donde correr. Bueno, mucha gente sí corre, a las albercas, al otro lado, a Rosarito, a Playas de Tijuana. Acá en las vacaciones de verano las calles se llenan de niños, chamacos de todas las edades, la gente pistea en la calle, la música se escucha a todo volumen y eso de trabajar en casa, se convierte en un verdadero delirio. Pero bueno, la resistencia tiene límites y en definitiva, si se trata de salir airosa, es mejor buscar el lugar idóneo para avanzar en la bendita tesis. Así que me doy. Me voy de aquí....
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