Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

sábado, julio 03, 2004

no lo podía creer, pensé que si esos eran los maestros de nuestros hijos, estábamos pero bien jodidos. En definitiva, somos muy ignorantes y nos falta mucho por aprender, no sólo gramática, ortografía, sintaxis y redacción, sino a ser más humildes y aceptar que todos necesitamos un tumbaburros al lado.

En la mañana del viernes fui a recoger la boleta de mi hija de primer año, puros nueves y dieces, me dio gusto saber que no iba mal, pero estoy consciente que ha ido aprendiendo con una ortografía pésima. Yo en ese momento estaba observando la boleta, cuando uno de los profesores preguntó si aguja se escribía con "h" o con "g". Yo contesté bajito que con "g", pero otros dos profesores que se encontraban a mi lado respondieron que con "h". Es decir, "ahuja". Yo casi caigo pa'trás como Condorito. Se armó la confusión entre ellos, a lo que una de las secretarias fue por un diccionario para disipar dudas. La respuesta contundente fue: -con "g" y "j", esto es, "aguja". Sinceramente, menos me esperaba los comentarios acerca de si aguja venía de aguzado o de agujero. Creo que salí sorprendida, porque, digo, una cosa es saber que los profes son brutos y otra diferente, verlo.

¿Qué podemos esperar acerca de la instrucción que se imparte? Creo que es por demás sabido que las madres y padres tienen que estar "agujas" para tratar de complementar en lo posible, los conocimientos a los niños.

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