Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

domingo, julio 11, 2004

pues si, no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla... como dice el dicho...

felicidades para mí, que cumplo más años que el año pasado... que cuántos, ése es el dilema.. tengo más de los que aparento y menos de los que se figuran algunos... el que lo adivine se ganará un delicioso café con un pastel comprado todo en algún lugar de Tijuana (upsss que premio). En la realidad no escatimo en decir, mencionar y hablar de mi edad, pero en esta denominada blogósfera como que no me animo.

Por otro lado, hubiera esperado un pastel grande (bueno, no tanto) de zanahoria con pasas y un café colombiano, (no importa, pudiera haber sido de la Comercial Mexicana), pero no. No hay tal pastel de zanahoria con pasas ni café colombiano ni de la Comercial Mexicana. Aunque sí degusté uno veracruzano que una de mis compañeras de la maestría me hizo el favor de regalarme, pero sin pastel.

Además de lo anterior, quiero contarles que le pedí prestado un carro a mi apá para según yo, pasear el domingo de mi cumpleaños. Tal carro es un jeep viejo no se qué año, y lo que observé a simple vista es que carece de tapón de la gasolina, se le tira ésta por alguna manguerita, no pude abrir el cofre porque también tira agua del radiador y lo peor de todo, es que al manejarlo (es standard) como no se puede hacer hacia adelante el asiento del chofer, yo no alcanzaba a meter completamente el pié en el clotch por lo que para traérmelo a mi casa, tuve que hacer acopio de toda mi fuerza para en algunos momentos acostarme, recargarme, jalar con mis manos, para que el pinche jeep no se me apagara. Asimismo traía a mis pequeños enanos conmigo y mi hija de 6 años, quien cuidaba al hermanito de 9 meses, venía medio asustada diciéndome que ya llegáramos a la casa lo más pronto posible.
Conclusión, no podemos ir a pasear en un carro en tales condiciones. Ya no me animo.

Mi padre se ha distinguido por prestarnos siempre puros yonkes de carros. No se si éste ha sido la ignominia. No, creo que no, creo que el peor carro viejo (bueno, todos los carros que he tenido han sido viejos) fue un rabbit (caribe), el cual no tenía reversa, por lo que traía a mi novio ayudándome a sacar el carro de los estacionamientos porque... no tenía reversa. Por otro lado cuando llovía se trasminaba el agua y no sabíamos si llovía más adentro que afuera... Sólo imagínenselo. A diferencia, uno de los mejores carros fue un toyota célica que cuando estuve embarazada de mi hija (hace seis años) pensamos que me lo habían robado pero no fue así, sino que lo dejé mal estacionado cerca de la línea (garita) y la grúa se lo llevó, pero como yo ya estaba muy avanzada en el embarazo ya no pude averiguar qué pasó con el carro y nadie más lo hizo hasta que pasaron y pasaron los días. Perdimos el carro. Yo lo extrañé mucho, por bastante tiempo, realmente me dolió haberlo perdido.

Creo que hasta la fecha, ha sido uno de los mejores carros, pero estábamos en que cumplo años... Pues bien, la fecha que ocurrió el eclipse total de sol en 1991, sumado el día del aniversario de la ciudad de Tijuana y el onomástico de San Abundio, junto con ellos, yo cumplí años...

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