Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

miércoles, mayo 12, 2004

Como les mencionaba, en el evento del día de las madrejitas a mi hija no le tocó bailar (aunque ella si tenía ganas). Confieso que por ella fui a la escuela a ver a sus compañeritos y además, porque estaba muy ilusionada de ir a dicho evento. Por mi, la verdad, me lo hubiera pasado de noche si habría sido posible. El caso es que nos sentamos a observar, al menos era lo que yo esperaba, los bailables tradicionales, las declamaciones y aun más.

Ese aun más se refiere a varias cosas: La primera es la participación de tres muchachas representando a las nacas que salen en el programa de La hora pico del canal 2 (o 57 de televisión abierta en Tijuana). Las cuales vestidas de mal forma y utilizando las mismas palabras que según manejan los denominados "nacos" de la ciudad de México, ya estigmatizados por dicho canal, en un sketch se peleaban por el novio y para terminar su cuadro bailaron una canción de las mismas "nacas". La verdad prefiero los bailables tamaulipecos.

En un segundo plano, estuvieron los niños de primer año, compañeros de mi hija que, al son de "solo para mamás", bailaron X canción vestidos de cholos, quitándose las camisas, arrojándolas al público femenino, contoneando las caderas, enseñando los traseros y al final, creo que les dio vergüenza quitarse los pantalones para enseñar las truzas con letras que debían decir: Felicidades mamá.

En un tercer punto, uno de los profesores estaba entregando los regalos a las señoras, pero antes de que se fueran a sus asientos les preguntaba cuál había sido el regalo que habían recibido en la noche del día 10 por el esposo y si éste les había bailado, si les había "quedado" el regalo, etc. etc. También hacía bailar a las señoras a ritmo de "golosa golosa" y por otro lado, las mamás se emocionaban y gritaban: "que baile, que baile" a los profesores cuando pasaban a sacar el papelito de las ganadoras de premios. Claro, los profesores les bailaban a las mamás.

Por último y para cerrar el evento, invitaron a un grupo de bailarines (como el grupo S.O.S. de Tijuana) para que animara a las mamás y las sacara a bailar para que repitieran los pasos de los jóvenes y medio creídos bailarines al ritmo de canciones de Thalía, Paulina Rubio y otros más del mismo tipo.

En fin, éste es el breviario de lo que sucedió en el evento de las madrejitas que a mi ver, dista mucho de los pasados a los que acudí como hija. También observé que las mamás, cual más emocionadas por el profesor ya no lloraban cuando se les cantó: mammáááá, hoy quiero decir te aaaamooooo...

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