Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

viernes, marzo 26, 2004

Hoy asistí a una conferencia sobre violencia y empoderamiento femenino . Fue impartida por la doctora Irene Casique, venezolana, que creo está en UCSD, no estoy segura. Lo más importante del hallazgo de su investigación, después de ver los resultados en cuadros estadísticos con el método de regresión logística y la encuesta ENSA; fue que las mujeres que al parecer ya están teniendo mayor autonomía (entendido autonomía como el libre tránsito y no necesariamente mayor empoderamiento) son las que tienen mayor riesgo de sufrir violencia, tanto doméstica que psicológica. Esto conlleva a pensar en que entre mayor libertad quieren las mujeres u obtienen mediante el ámbito laboral, salarial, social o el que sea; más se encuentran en riesgo de ser golpeadas ya sea con puños o con palabras. Esto es realmente triste, pero es lógico en la medida en que se entiende la mecánica machista de la permanencia de las mujeres en la casa, encargadas de la educación de los hijos y de la atención al propio compañero de unión. Esto es en todos los niveles. Pues hasta aquí, se tiene que en cuanto al discurso y comprobación mediante datos, las situaciones se están expresando, sin embargo, en los hechos, todavía falta un largo trecho por recorrer.

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