Pero la realidad, como el dinosaurio del cuento de Monterroso,
está todavía allí: intacta, bueno, no precisamente intacta, rasguñada; esperando la develación.

Rosario Castellanos

jueves, marzo 18, 2004

Odio los cursos intensivos... los odio... con odio del corazón... del alma y del cuerpo... toda yo los odia... los odio porque son horribles, la presión es tremenda. Además la dinámica de que los alumnos expongamos las lecturas me parece aberrante, debido a que no lees los demás trabajos, porque simplemente no hay tiempo. De por sí mi grupo no se caracteriza por mantener un debate constante, una discusión. Sí se ha dado, pero no es el común denominador. Las áreas de donde provenimos son heterogéneas: tres sociólogas, un psicólogo social, cuatro economistas, un informático en salud y una huerfanita que estudió historia. La demografía nos ha dejado en algunas ocasiones muchos sinsabores. Los textos que nos han dado a leer han sido de autores con ideologías conservadoras, a veces, demasiados números: o muy de demografía formal o demasiado econométricos. Quizá molesta que no nos hayan querido traer a uno de los sujetos epistemológicamente más pertinentes en políticas de población: Raúl Benítez Zenteno; en cambio, nos impartió la clase un joven profesor que sigue una guía prevista acotándose a las lecturas y con comentarios de resumen que solieron ser muy repetitivos de vez en cuando. Apenas hoy como que mejoró el asunto, quizá porque no fueron textos llenos y llenos de fórmulas y modelos econométricos, ni con conclusiones malthusianas. En fin, disfrutemos nuestras últimas clases. No he dormido desde las dos de la mañana. El resumen y la exposición en power point quedaron listas a las 6:20 de la mañana y vámonos, que se hace tarde...

No hay comentarios.: